domingo, 28 de diciembre de 2014

Mirando en la ventana del ayer.

Se encontraba sola, sentada, mirando por la ventana la oscura noche y esa pequeña luz de navidad que había fuera, se daba cuenta de que el año ya terminaba.
Aún recordaba esos días entre gente que parecía no estar preocupada más que de ellos mismos, mientras ella reflexionaba sobre todo lo que sentía dentro porque tal vez fuera una enamoradiza sin control, pero sufría mil y una caídas como cualquier otra persona.
Había cosas que quería borrar, cosas que era mejor no recordar, errores recientes, errores sin causa, errores pequeños y sin importancia.

El último amor, la última persona no resultaba ser como el resto, no porque fuese mejor persona o porque la tratase mejor sino porque le resultaba repugnante darse cuenta de como verdaderamente era. Repugnancia y desagrado, cara amarga y de vergüenza al recordarle a su lado. Pero gracias al tiempo y gracias a la experiencia de errores que aún no se fueron, aprenderá la lección y no volverá a caer en todo lo que en su día fue abismo.

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