sábado, 3 de marzo de 2012

Dejando caer oro.


Recuerdo aquella vez en la que nada salió bien, en la que unos sueños cayeron al fondo del mar para que corrompidos y llenos de dolor fueran desapareciendo...

Cerca de allí un marinero de poco valor los vio caer, los vio llorar. Dispuesto a no dejarlos ir se dirigió hacia allí y de aquel barco sin rumbo fijo se lanzó al mar de lágrimas que los ahogaba.

"Los sueños nunca se abandonan" dijo mientras miraba hacia el horizonte dirigiéndose a él como si allí se encontrara la respuesta.

Los recogió y restauró con esmero esperando que apareciera quien aquel día los había dejado caer sin saber de su valor...

Esperando se quedó a una persona que nunca apareció.

2 comentarios:

  1. Los sueños nunca se abandonan solo que a veces son ellos los que se esfuman...

    Besos

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