Recuerdo aquella vez en la que nada salió bien, en la que unos sueños cayeron al fondo del mar para que corrompidos y llenos de dolor fueran desapareciendo...
Cerca de allí un marinero de poco valor los vio caer, los vio llorar. Dispuesto a no dejarlos ir se dirigió hacia allí y de aquel barco sin rumbo fijo se lanzó al mar de lágrimas que los ahogaba.
"Los sueños nunca se abandonan" dijo mientras miraba hacia el horizonte dirigiéndose a él como si allí se encontrara la respuesta.
Los recogió y restauró con esmero esperando que apareciera quien aquel día los había dejado caer sin saber de su valor...
Esperando se quedó a una persona que nunca apareció.
Los sueños nunca se abandonan solo que a veces son ellos los que se esfuman...
ResponderEliminarBesos
Gracias por comentar.
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