Hay veces en las que no todos estamos de acuerdo respecto a una cosa. Hay veces donde de esa diminuta cosa se hacen mil y un planetas y se acaban diciendo otras cosas que no se deberían escuchar. Somos seres imperfectos y como tales cometemos errores, en ocasiones, sin darnos cuenta del resultado, pero es que en ello consiste la vida. No nos damos cuenta de lo que decimos hasta que vemos minutos más tarde lo que hemos causado, no todo tiene que ser malo, puede haber impulsos buenos, pero hay momentos en los que la valentía y la madurez se convierten en juegos de inseguros y egoístas.
Al final, te das cuenta de que a la mañana siguiente no puedes volver atrás, ha pasado, has actuado sin conciencia, te has equivocado y si quieres arreglarlo has de dejar parte de tu orgullo antes de salir.
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