En el canto del silencio encuentro rumores de infidelidades, el susurro del mar que habla contándome aquellas historias de seres que fueron a sus pies a llorar. El único objetivo era no dejar un rastro de lágrimas que le indicase al resto la ubicación de su adiós después de leer esa carta donde, entre conclusiones y cobardía, se dice aquello que se ocultó tras sonrisas sin más vida que la de aquel cuerpo nutrido de burlas y engaños, que conseguía con esfuerzo mantenerse en pie.
Hola!
ResponderEliminarDespués de mucho tiempo vuelvo a pasarme por aquí y lo seguiré haciendo siempre que me sea posible. :)
Una entrada muy bonita al igual que muy triste. En unas pocas palabras transmites todos esos sentimientos que debe sentir alguien que ha sufrido mucho...
Espero que sigas publicando pronto!!
Muchos besos.