Lluvia ven a mi.

Me gustaría que todos los días fueran día de lluvia, con sus gotas y sus brisas, una lluvia bajo la que me gustaría estar, tirada en el suelo, con los ojos cerrados y escuchando su dulce impacto en el suelo o, simplemente, sobre mi. Pensando en mil y una cosa que me gustaría hacer, que me gustaría vivir, tal vez sola o tal vez acompañada. Todo depende del momento, minuto y segundo de vida.
Y si la lluvia no llega hasta mi, abrir la ventana y escuchar como se divierte el agua cayendo tras la pared, cerrando los ojos e imaginando que esa pared no existe y que el tiempo va más despacio de lo que acostumbra, para sentir como caen cada una de las lágrimas de lluvia, sentir su recorrido y que toco cada gotas con la yema de los dedos escuchando sus miedos, risas, necesidad,... por caer.