Me aburre escuchar una y otra vez tu sinfonía de lamentos, tus llantos en el viento, tu lágrimas caer sobre mi. Estoy harta de vivir bajo tu sombra, harta de tus rabietas incontroladas de truenos y relámpagos. Tapas cada uno de los rayos de vida de este mundo, cierras la puerta a posibles nubes con formas que alguien tiene como objetivo descubrir. Niegas el deseo de salir a encontrar nuevos caminos, acabas con la esperanza de volar sobre tu cielo. Tú, querida tormenta, provocas que todas las ventanas queden cerradas a tu paso, como si de un mal se tratase, asustando a los más pequeños seres y engrandeciendo a los más grandes miedos.
domingo, 24 de noviembre de 2013
viernes, 8 de noviembre de 2013
Cierra los ojos y respira.
Levantarse con el pie izquierdo, ¿qué es eso? ¿Superstición, ansia de morir, deseos de mal? Cada día juegas, junto al resto de mortales, a comprender la vida, juegas a ser Dios cuchillo en mano, matando personas a las que ni siquiera has preguntado nombre. Te ocultas bajo una manta de clavos pues tu conciencia es más fuerte, tus miedos son más grandes, ya que la satisfacción de acabar con la vida se vuelve agonía cuando la vida que peligra es la tuya misma. Cuando tu cuerpo no sostiene ningún arma te vuelves débil, como ese niño que intenta evitar la oscuridad dejando una luz para que los monstruos no se acerquen hasta él.
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